El Perifollo es un cultivo ligado al cannabis, un pilar fundamental de la cocina francesa y un repelente de plagas.

Una planta delicada a la que le gusta la sombra, el perifollo (Anthriscus cerefolium) se asemeja a un perejil italiano con hojas más finas o planas, pero con sabor a anís o a regaliz. Conocido en la Antigua Roma, se usaba junto con sus raíces para aportar aroma en sopas o se masticaba para inhibir el apetito.

Sus flores con pétalos blancos y malvas añaden un atractivo toque de color al sotobosque de tu cultivo en verano.  Crece hasta los sesenta centímetros de altura, así que hay que podar y recortar la planta constantemente para retrasar la floración y obtener  un arbusto fuerte y sano.

Plantado en un policultivo con eneldo y cilantro, conseguirás una barrera de plantas beneficiosas que rodearán a tu marihuana y la mantendrán a salvo. Ahuyenta  áfidos y moscas blancas, mientras atrae a abejas y pequeñas avispas parasitarias que se alimentan de larvas de especies de insectos indeseables

El perifollo debe sembrarse directamente sobre el terreno. Dispersa las semillas en un surco poco profundo y riega bien la zona. En dos semanas ya tendrás que arrancar algunos brotes y en seis estarán listos para consumir. Permitiendo que algunas flores maduren y se auto polinicen conseguiremos una nueva remesa año tras año.

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